¡Estoy gooorda! ¡Nada me queda! ¡Mira esta panza! ¡Estoy hecha una puerca!
No conozco mujer, y más de algún hombre, que no haya dicho alguna de estas frases. Nadie quiere estar gordo, verse gordo, sentirse gordo. Incluso las bromas sobre la gordura suelen ser con connotación negativa. Se han hecho estudios, se han escrito libros, se hacen programas sobre el tema. Hay todo un mercado enfocado en el control del sobrepeso y la obesidad. Se ha dicho que se contagia, que si tienes amistades con obesidad o que si tus padres lo fueron tienes más chances de serlo tú. Los indices de sobrepeso en la población suben y siguen subiendo. Es como la nueva plaga negra de este siglo. Sin embargo... Nadie quiere ser gordo.
No pretendo explicarlo, uff, ni siquiera quiero intentar hacerlo. No podría.
Lo que sí puedo hacer es intentar exponer el asunto desde mi perspectiva (Ja, esto se vuelve cada vez más un diario de vida). Tengo un sobrepeso evidente, quizás ya sea obesa, en realidad no lo sé.. es que hace más de un año que no he puesto un pie sobre una pesa. De todas maneras no me obsesiona el número que marque.
Nadie (que se considere buena gente) admitiría que discrimina a la gente gorda... o al menos quieren pensar que no lo hacen, pero toda mujer que se ha visto al espejo y se le ha salido un rollito ha pensando en lo mal que se ve. Quizás no tengan problema con la gente con sobrepeso, pero definitivamente no quieren ser como nosotros. No quieren llegar a verse como nosotros, en cambio no encuentran nada de malo en aspirar a verse como una modelo de pasarela o televisión.
Las chicas con sobrepeso solemos tratarnos mal, no niego que he mirado un antiguo par de jeans que ya no me quedan acusándome por lo golosa y descuidada que he sido. Incluso las niñas con desordenes alimenticios se tratan mejor, las pro Ana y pro Mia se hacen llamar "princesas", mientras nosotras nos auto calificamos como "guatonas lechonas". Me pregunto ¿y porque no nos decimos mejor "bellezas barrocas"?, ¿por qué no nos apreciamos como nos apreciaba botero? Como en las épocas cuando el ideal de belleza femenino no tenía inconvenientes con los rollitos y la celulitis.
Porque todo se remonta a eso: el ideal de belleza del momento. Y lamentablemente este siempre será lo contrario a como sean las mujeres comunes y corrientes de una sociedad. La obesidad ha alcanzado la denominación de epidemia en varios países, así que por ende el ideal de belleza es la delgadez, hasta me aventuro a decir que es la delgadez extrema. Es cosa de ver las revistas con todas esas modelos photoshopeadas para quitarle volumen a sus cuerpos.
Evidentemente la obesidad es un problema, el sobrepeso tiene un montón de enfermedades asociadas, pero no es saludable tratarnos tan mal por algo que muchas veces no se sabe como enfrentar. Mucha gente olvida que la obesidad es una enfermedad y que el problema no es mantener la boca cerrada. Tratarnos mal por nuestro sobrepeso es tan ridículo como tratar mal a un enfermo de cáncer. Atacar la enfermedad, no a la enferma.
Por otro lado, saludables o no, somos mayoría y eso de algo debería valer. Así que la próxima vez que alguien me mande "a comer los postres" por guatona lechona, iré feliz. Si no les gustan mis pliegues y rollos bien pueden aguantarse. No somos lo que somos para complacer la vista de los demás.
Entonces ¿qué? Bueno, simplemente que si somos mayoría no tendríamos porqué sentirnos mal o tratarnos mal por ser como el resto del mundo. El verdadero tema no es cuanto pesamos, sino que tan bien nos sentimos con nosotras mismas. Aceptarnos y querernos. Incluso si nuestros cuerpos no reflejan lo que somos. Nunca van a faltar los comentarios hirientes y mucho menos las miradas de rechazo, pero tal y como dijo un épico personaje: "Nunca olvides lo qué eres, porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte.". (Sí, lo sé. Mucho Games of Thrones).
Mi nombre es Jennifer, soy gorda y me amo.
No conozco mujer, y más de algún hombre, que no haya dicho alguna de estas frases. Nadie quiere estar gordo, verse gordo, sentirse gordo. Incluso las bromas sobre la gordura suelen ser con connotación negativa. Se han hecho estudios, se han escrito libros, se hacen programas sobre el tema. Hay todo un mercado enfocado en el control del sobrepeso y la obesidad. Se ha dicho que se contagia, que si tienes amistades con obesidad o que si tus padres lo fueron tienes más chances de serlo tú. Los indices de sobrepeso en la población suben y siguen subiendo. Es como la nueva plaga negra de este siglo. Sin embargo... Nadie quiere ser gordo.
No pretendo explicarlo, uff, ni siquiera quiero intentar hacerlo. No podría.
Lo que sí puedo hacer es intentar exponer el asunto desde mi perspectiva (Ja, esto se vuelve cada vez más un diario de vida). Tengo un sobrepeso evidente, quizás ya sea obesa, en realidad no lo sé.. es que hace más de un año que no he puesto un pie sobre una pesa. De todas maneras no me obsesiona el número que marque.
Nadie (que se considere buena gente) admitiría que discrimina a la gente gorda... o al menos quieren pensar que no lo hacen, pero toda mujer que se ha visto al espejo y se le ha salido un rollito ha pensando en lo mal que se ve. Quizás no tengan problema con la gente con sobrepeso, pero definitivamente no quieren ser como nosotros. No quieren llegar a verse como nosotros, en cambio no encuentran nada de malo en aspirar a verse como una modelo de pasarela o televisión.
Las chicas con sobrepeso solemos tratarnos mal, no niego que he mirado un antiguo par de jeans que ya no me quedan acusándome por lo golosa y descuidada que he sido. Incluso las niñas con desordenes alimenticios se tratan mejor, las pro Ana y pro Mia se hacen llamar "princesas", mientras nosotras nos auto calificamos como "guatonas lechonas". Me pregunto ¿y porque no nos decimos mejor "bellezas barrocas"?, ¿por qué no nos apreciamos como nos apreciaba botero? Como en las épocas cuando el ideal de belleza femenino no tenía inconvenientes con los rollitos y la celulitis.
Porque todo se remonta a eso: el ideal de belleza del momento. Y lamentablemente este siempre será lo contrario a como sean las mujeres comunes y corrientes de una sociedad. La obesidad ha alcanzado la denominación de epidemia en varios países, así que por ende el ideal de belleza es la delgadez, hasta me aventuro a decir que es la delgadez extrema. Es cosa de ver las revistas con todas esas modelos photoshopeadas para quitarle volumen a sus cuerpos.
Evidentemente la obesidad es un problema, el sobrepeso tiene un montón de enfermedades asociadas, pero no es saludable tratarnos tan mal por algo que muchas veces no se sabe como enfrentar. Mucha gente olvida que la obesidad es una enfermedad y que el problema no es mantener la boca cerrada. Tratarnos mal por nuestro sobrepeso es tan ridículo como tratar mal a un enfermo de cáncer. Atacar la enfermedad, no a la enferma.
Por otro lado, saludables o no, somos mayoría y eso de algo debería valer. Así que la próxima vez que alguien me mande "a comer los postres" por guatona lechona, iré feliz. Si no les gustan mis pliegues y rollos bien pueden aguantarse. No somos lo que somos para complacer la vista de los demás.
Entonces ¿qué? Bueno, simplemente que si somos mayoría no tendríamos porqué sentirnos mal o tratarnos mal por ser como el resto del mundo. El verdadero tema no es cuanto pesamos, sino que tan bien nos sentimos con nosotras mismas. Aceptarnos y querernos. Incluso si nuestros cuerpos no reflejan lo que somos. Nunca van a faltar los comentarios hirientes y mucho menos las miradas de rechazo, pero tal y como dijo un épico personaje: "Nunca olvides lo qué eres, porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte.". (Sí, lo sé. Mucho Games of Thrones).
Mi nombre es Jennifer, soy gorda y me amo.