Querido Z:
No podía escribirte mientras la duda ardía maliciosa en mi mente, pero eso ya está atrás. No hay manera de que pueda volver a pensar en alguien más de la manera en la que pienso en ti. Llámame loca, trastornada o simplemente pendeja... pero es cierto, llegaste para quedarte y echas a patadas a cualquiera que pudiera haber estado ocupando espacio en mis pensamientos. Amo tu rudeza imaginaria y la inexistente pugna por los derechos de mi corazón...
Siempre tuya
Nori
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