Sí, Ok. El título es algo presuntuoso.
Este es el tipo de entradas que viene con una historia y con moraleja. Es una historia verídica y algunas de las expresiones utilizadas aquí podrían no ser conocidas por todos y aburrir a todo el mundo, sin embargo... bla bla bla... resumiendo, les contaré algo de mi vida, así, personal de persona... personificada personalmente... por mi persona... personal.
Hace un par de meses conocí una linda página de facebook llamada El club de los libros perdidos. En este club se hacen varias cosas, pero el evento estrella de este último tiempo es la liberación de libros. Así es... liberarlos al más puro estilo "Liberen a Willy". El objetivo de estos eventos es simple, compartir un libro, evitar que este se llene de polvo en un rincón. Quienes nos identificamos con este movimiento compartimos la idea de que "No hay nada más triste que un libro acumulando polvo". Creemos fervientemente en que un libro tiene vida propia, una misión, un mensaje que entregar y que por tanto debe ser leído y releído.
¿Cómo liberar un libro? Tomas un libro, escribes en él una dedicatoria en la que indicas que ese ejemplar pertenece al movimiento de liberación de libros y luego lo dejas en algún lugar público para que alguien lo encuentre, lo lea y luego lo vuelva a liberar para que siga paseando por el mundo entregando su mensaje.
Aunque en apariencia en un acto sencillo para mi no fue nada fácil liberar mi primer libro. Lo dejé en el asiento de una micro, cuando me bajé y vi la micro desaparecer en el horizonte llevándolo se me apretó el corazón y recordé el momento en el que ese libro llegó a mis manos y lo que pensé cuando decidí liberarlo "No me gustó mucho, así que no lo voy a echar de menos". Tremendo error. Ahora lo extraño más que cuando lo tenía en mi repisa acumulando polvo, pero ese es el objetivo de todo esto, ¿no? liberarlo, sacarlo a hacer ejercicio y que alguien más lo lea y lo disfrute y quizás piense "Wow, este libro es bueno. Lo liberaré para que alguien más lo disfrute".
Mi segunda experiencia liberando un libro fue de la mano de la página "Libro Libre Chile", que tiene eventos iguales a los de la primera página, pero que actúa de forma local. En esta ocasión el evento de liberación de libros coincidió con mi cumpleaños y al momento de elegir me di cuenta de la cantidad de libros que no estoy dispuesta a liberar. Al final me decidí por un libro llamado "Reencuentro" de Fred Uhlman. Este libro también tiene una historia, es un libro que ya había estado en las manos de un par de personas antes de llegar a las mías. Cuando lo liberé no sentí la misma congoja, porque fue muy rápido, apenas logré dejarlo sobre una silla en el patio de comidas de un mall cuando tuve que marcharme y apenas logré echarle una última mirada de despedida.
Ahora viene el final. La preguntas que quedaban dando vueltas en mi cabeza eran ¿Habrá encontrado alguien alguno de esos dos libros?, ¿habrá entendido el propósito de liberar un libro?, ¿al menos le habrá gustado el libro? No hay manera de saberlo a menos que te quedes espiando hasta que alguien tomé el libro (hay gente que hasta lo ha subido a youtube) o quien lo encuentre ingrese en la página y deje un mensaje. Eso es lo que pasó con el segundo libro. Una niña dejó un mensaje en la página de Libro Libre "Gracias a ustedes estoy leyendo "Reencuentro".Un libro maravilloso". Lejos el mejor regalo de cumpleaños que recibí este año.
Cuando le cuento a la gente sobre estas liberaciones me miran con cara rara. No falta quien me ha dicho "¿Estás loca? ¿como se te ocurre dejar botado un libro?" No los abandono, los libero, los dejo seguir su camino quizas con la inocente esperanza de que algún día llegue nuestro reencuentro.
Este es el tipo de entradas que viene con una historia y con moraleja. Es una historia verídica y algunas de las expresiones utilizadas aquí podrían no ser conocidas por todos y aburrir a todo el mundo, sin embargo... bla bla bla... resumiendo, les contaré algo de mi vida, así, personal de persona... personificada personalmente... por mi persona... personal.
Hace un par de meses conocí una linda página de facebook llamada El club de los libros perdidos. En este club se hacen varias cosas, pero el evento estrella de este último tiempo es la liberación de libros. Así es... liberarlos al más puro estilo "Liberen a Willy". El objetivo de estos eventos es simple, compartir un libro, evitar que este se llene de polvo en un rincón. Quienes nos identificamos con este movimiento compartimos la idea de que "No hay nada más triste que un libro acumulando polvo". Creemos fervientemente en que un libro tiene vida propia, una misión, un mensaje que entregar y que por tanto debe ser leído y releído.
¿Cómo liberar un libro? Tomas un libro, escribes en él una dedicatoria en la que indicas que ese ejemplar pertenece al movimiento de liberación de libros y luego lo dejas en algún lugar público para que alguien lo encuentre, lo lea y luego lo vuelva a liberar para que siga paseando por el mundo entregando su mensaje.
Aunque en apariencia en un acto sencillo para mi no fue nada fácil liberar mi primer libro. Lo dejé en el asiento de una micro, cuando me bajé y vi la micro desaparecer en el horizonte llevándolo se me apretó el corazón y recordé el momento en el que ese libro llegó a mis manos y lo que pensé cuando decidí liberarlo "No me gustó mucho, así que no lo voy a echar de menos". Tremendo error. Ahora lo extraño más que cuando lo tenía en mi repisa acumulando polvo, pero ese es el objetivo de todo esto, ¿no? liberarlo, sacarlo a hacer ejercicio y que alguien más lo lea y lo disfrute y quizás piense "Wow, este libro es bueno. Lo liberaré para que alguien más lo disfrute".
Mi segunda experiencia liberando un libro fue de la mano de la página "Libro Libre Chile", que tiene eventos iguales a los de la primera página, pero que actúa de forma local. En esta ocasión el evento de liberación de libros coincidió con mi cumpleaños y al momento de elegir me di cuenta de la cantidad de libros que no estoy dispuesta a liberar. Al final me decidí por un libro llamado "Reencuentro" de Fred Uhlman. Este libro también tiene una historia, es un libro que ya había estado en las manos de un par de personas antes de llegar a las mías. Cuando lo liberé no sentí la misma congoja, porque fue muy rápido, apenas logré dejarlo sobre una silla en el patio de comidas de un mall cuando tuve que marcharme y apenas logré echarle una última mirada de despedida.
Ahora viene el final. La preguntas que quedaban dando vueltas en mi cabeza eran ¿Habrá encontrado alguien alguno de esos dos libros?, ¿habrá entendido el propósito de liberar un libro?, ¿al menos le habrá gustado el libro? No hay manera de saberlo a menos que te quedes espiando hasta que alguien tomé el libro (hay gente que hasta lo ha subido a youtube) o quien lo encuentre ingrese en la página y deje un mensaje. Eso es lo que pasó con el segundo libro. Una niña dejó un mensaje en la página de Libro Libre "Gracias a ustedes estoy leyendo "Reencuentro".Un libro maravilloso". Lejos el mejor regalo de cumpleaños que recibí este año.
Cuando le cuento a la gente sobre estas liberaciones me miran con cara rara. No falta quien me ha dicho "¿Estás loca? ¿como se te ocurre dejar botado un libro?" No los abandono, los libero, los dejo seguir su camino quizas con la inocente esperanza de que algún día llegue nuestro reencuentro.
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