Me titulé hace varios años y desde que lo hice ha sido complicado encontrar un trabajo estable. El mercado está definitivamente saturado de profesores de inglés, pero también la cantidad de profesores que dejan de ejercer sigue siendo bastante grande, por lo que decidí aportar por las estadísticas y no rendirme.
Así que me pasé desde octubre hasta principios de enero y ahora en febrero, y como desde hace varios años, en la infructuosa búsqueda de un nuevo colegio. Debo admitir que he tenido la suerte de cuando he enviado curriculum, al menos me han llamado a entrevista. Esto lo sé porque pertenezco a varios grupos de profesores de inglés y hemos compartido nuestras experiencias, incluyendo relatos de entrevistas -algunas brutales, por cierto.
Llegando febrero, estaba cayendo en mi ya conocido abismo de la desesperanza cuando tuve una discusión con mi mamá por un cepillo de dientes roto. Cuando discutes hasta por algo tan banal como un cepillo de dientes, tienes que admitir que las cosas no van bien. Una forma de terminar la discusión -que ya había llegado a los gritos-, fue decirle que no tenía que echarme, que me echaba sola. Veras, mi mamá tiene una forma poco sutil, pero efectiva, para ganar las discusiones y esa es aludir a que vivo en su casa, por lo tanto debo atenerme a sus reglas. Claro que ella lo expresa de una manera más directa: "esta es mi casa y si no te gusta, ándate".
Como yo ya conocía su estrategia, había estado eludiendo ese argumento en las discusiones dándole a entender que mientras mi estadía no fuera gratis, me había ganador el techo sobre mi cabeza, con un "¿y quien le va a pagar los dividendos cuando me vaya?", y es que mi mamá tiene la tendencia a olvidar que la casa aun no está pagada hasta que se han acumulado meses y meses de dividendos impagos. Poner al día la casa fue un reto por si solo.
¿A que va todo esto? Bueno, como estos meses no he podido pagar los dividendos, porque estoy básicamente cesante, mi mamá podía esgrimir nuevamente su argumento así que antes que lo hiciera me auto-eché. No he encontrado trabajo y mis ahorros quedaron reducidos a casi nada desde el año pasado, pero por primera vez en meses, encontrar trabajo no es mi objetivo principal. No me había dado cuenta, hasta que me ganó la impulsividad, que por años mi principal objetivo ha sido trabajar, cuando tener un trabajo debería ser un medio para lograr nuestros objetivos. Es aterrador embarcarme en la búsqueda de un hogar cuando estoy prácticamente con una mano adelante y la otra atrás, pero es emocionante tener al fin un objetivo diferente.
De todas maneras me lo tomo con calma, me gustaría encontrar un trabajo y juntar un poco de dinero antes de irme y, siendo honesta, no creo que nadie me haya tomado muy enserio cuando lo dije. Por ahora estoy haciendo el check-list de las cosas que voy a necesitar, como una cocina y un refrigerador. Por lo demás, ya estoy lista para esta aventura.
Así que me pasé desde octubre hasta principios de enero y ahora en febrero, y como desde hace varios años, en la infructuosa búsqueda de un nuevo colegio. Debo admitir que he tenido la suerte de cuando he enviado curriculum, al menos me han llamado a entrevista. Esto lo sé porque pertenezco a varios grupos de profesores de inglés y hemos compartido nuestras experiencias, incluyendo relatos de entrevistas -algunas brutales, por cierto.
Llegando febrero, estaba cayendo en mi ya conocido abismo de la desesperanza cuando tuve una discusión con mi mamá por un cepillo de dientes roto. Cuando discutes hasta por algo tan banal como un cepillo de dientes, tienes que admitir que las cosas no van bien. Una forma de terminar la discusión -que ya había llegado a los gritos-, fue decirle que no tenía que echarme, que me echaba sola. Veras, mi mamá tiene una forma poco sutil, pero efectiva, para ganar las discusiones y esa es aludir a que vivo en su casa, por lo tanto debo atenerme a sus reglas. Claro que ella lo expresa de una manera más directa: "esta es mi casa y si no te gusta, ándate".
Como yo ya conocía su estrategia, había estado eludiendo ese argumento en las discusiones dándole a entender que mientras mi estadía no fuera gratis, me había ganador el techo sobre mi cabeza, con un "¿y quien le va a pagar los dividendos cuando me vaya?", y es que mi mamá tiene la tendencia a olvidar que la casa aun no está pagada hasta que se han acumulado meses y meses de dividendos impagos. Poner al día la casa fue un reto por si solo.
¿A que va todo esto? Bueno, como estos meses no he podido pagar los dividendos, porque estoy básicamente cesante, mi mamá podía esgrimir nuevamente su argumento así que antes que lo hiciera me auto-eché. No he encontrado trabajo y mis ahorros quedaron reducidos a casi nada desde el año pasado, pero por primera vez en meses, encontrar trabajo no es mi objetivo principal. No me había dado cuenta, hasta que me ganó la impulsividad, que por años mi principal objetivo ha sido trabajar, cuando tener un trabajo debería ser un medio para lograr nuestros objetivos. Es aterrador embarcarme en la búsqueda de un hogar cuando estoy prácticamente con una mano adelante y la otra atrás, pero es emocionante tener al fin un objetivo diferente.
De todas maneras me lo tomo con calma, me gustaría encontrar un trabajo y juntar un poco de dinero antes de irme y, siendo honesta, no creo que nadie me haya tomado muy enserio cuando lo dije. Por ahora estoy haciendo el check-list de las cosas que voy a necesitar, como una cocina y un refrigerador. Por lo demás, ya estoy lista para esta aventura.