Hubo algún momento en mi vida cuando mi espíritu socialista me pedía alzar la voz y denunciar los vicios de la sociedad, entonces me armé de lápiz y papel, con un par de trazos y muchas correcciones con goma logré plasmar en un par de viñetas lo que yo consideré una caricatura sagaz e inteligente, precisa y concisa...
Es que los caricaturas tienen esa extraordinaria capacidad de plasmar toda una reflexión, todo una ideología, todo un mundo de pensamientos sin la necesidad de grandes discursos, una dibujo, sin más explicaciones que sus simples lineas nos vuelven a recordar que "menos es más" y que una imagen dice más que mil palabras.
Soy una gran admiradora de Quino, Pepo, Lukas, Maitena, Bill Watterson entre otros... conocí sus personajes en las penúltimas páginas de los diarios, junto al horóscopo o en las páginas de revistas... con el tiempo descubrí la mano y el cerebro tras esas caricaturas y ahora son simplemente un vicio más!!
Había olvidado cuanto me gustan las caricaturas hasta que encontré (o me encontró) Juanelo, confieso haber pasado más de tres horas pegada mirando sus locuras, es que es el tipo insoportable, insensible, abusador, descarado, pero que a veces puede llegar a ser hasta ingenuo... mezcla la realidad con la ficción, temas de contingencia política y social, nos muestra personajes típicos chilenos, juega a ironizar las "chilenadas" y nuestra cultura en general.
¿Qué es blanco, descarado, patético y se vuelve rojo cuando lo metes en una licuadora?
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