Invierno 2018, un año poco productivo (en temas de trabajo, vida social y todo lo demás). Una no tan solitaria Jennifer decide revisar su antiguo blog y "ordenarlo". Se encuentra con una muestra de su antigua personalidad, con mejor redacción y ocho años menos de pérdidas en el cuerpo y una visión mas inocente de la vida... y la muerte. Que no por ser inocentes dejan de tener algo de verdad.
A continuación, el resultado de esas elucubraciones de madrugada.
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Es un día cualquiera y un día en que recuerdo lo efímera de nuestras vidas. Es uno de esos días en el que estoy dispuesta a dejar a la gente buscándole significado a sus vidas (broma).
Estoy pensando en lo que significa la muerte para los vivos. Por nuestra naturaleza le tememos a lo desconocido ¿y que más desconocido que la propia muerte? Que tema más interesante para la literatura y para llenar y llenar hojas de reflexiones.
Quizás haga algo de eso ahora.
La muerte, ¿el final?
Con esas situaciones pareciera que algo muere también dentro de nosotros también, no importa si quien se va es un pariente, un ser querido o un desconocido, con el tiempo nos vamos insensibilizando (nunca es tan impactante como la primera vez), y quizás eso hace que algunas personas reaccionen con más dureza frente a la vida... la partida de una persona siempre nos obliga a replantearnos lo que hacemos, como lo hacemos, como vivimos y en la que cosas que habríamos dejado de hacer si estuviéramos en su lugar.
Quizás por eso en el tarot, la carta de la muerte significa un renacimiento, nuevas oportunidades y el comienzo de algo más... después de una de estas situaciones se nos abre una nueva perspectiva, un re-descubrimiento de como le damos significado a lo que hacemos y como vivimos.
O quizás sólo estoy dando jugo por acá.
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